De la Sensación a la Condena: La historia detrás de las «Momias de Nazca»

Dos audiencias en el Congreso de México, cuyo propósito era abordar una propuesta para reformar las leyes de Protección del Espacio Aéreo, resultaron ser caballos de Troya atiborrados de seres tridáctilos. Un estrado más, liderado por el ufólogo Jaime Maussan, para defender la autenticidad de unas supuestas momias que la comunidad científica tachó de fraude hace varios años.

Artículo: Luca Fotomontaje: El Chakal

El 12 de setiembre, en una Audiencia Pública en el Congreso de México sobre Fenómenos Aéreos No Identificados, el ufólogo Jaime Maussan hizo el unboxing de lo que asegura eran los cuerpos desecados de dos «seres no humanos». El 8 de noviembre, repitió la visita en una segunda audiencia que versó sobre estos supuestos seres. No obstante, la primera bastó para convertir la sede parlamentaria de México en el epicentro de un terremoto que no dejó títere con cabeza. El presente artículo explora el trasfondo de los eventos acontecidos en torno a estos y otros restos que vertebran la historia de las tristemente célebres «momias tridáctilas de Nazca».

Las momias

Además de la tridactilia, presentan un recubrimiento blanquecino, el cual, según los impulsores del caso, está compuesto por tierra de diatomeas. Sólo las más célebres fueron bautizadas: María y Wawita son «seres híbridos» —adulto y bebé, respectivamente—; Josefina, Alberto, Victoria, Luisa, Clara, Mauricio, Edgarda y Artemis son «reptiles humanoides» de 60 cm.

A principios de octubre, dos nuevos ejemplares de esta última «especie» fueron incautados en las instalaciones de DHL cuando iban a ser enviados de Palpa, Perú, a México. La ministra de Cultura, Leslie Urteaga, dirigió la diligencia y afirmó que estos serían analizados, puesto que podrían ser parte de una red que trafica con restos prehispánicos.

La «controversia»

La polémica radica en la autenticidad de los restos. Por un lado, está la posición de los profesionales —respaldados por quienes impulsan el caso— que abogan por la autenticidad e investigación de estos «seres». Y por otro, la de la comunidad científica, quien advierte que los restos corresponden a momias precolombinas que han sido manipuladas, e incluso mutiladas, para su explotación comercial.

No obstante, es paradójico que el rasgo común entre los defensores de la autenticidad de estos restos sea la inexperiencia en el estudio y conservación de momias antiguas. Asimismo, es incongruente que este presunto «gran hallazgo» haya sido desestimado por la comunidad científica y que ningún análisis haya sido publicado en revistas indexadas de prestigio. En contraste, la difusión de dichos resultados ha transcurrido sin escrutinio académico alguno en el sitio web de uno de los colectivos que impulsa el caso.

Esto no ha evitado que las momias protagonicen titulares, videos virales, congresos ufológicos, segmentos en programas de televisión, documentales que abordan fenómenos paranormales o audiencias en el Congreso de México. Por el contrario, ha motivado que en su divulgación se enarbole la falacia de Galileo —bandera de uso común en las pseudociencias— con el fin de justificar la oposición e indiferencia académica.

Los caballitos de batalla

A continuación puntualizamos algunos de los peros y reparos que se esgrimen en defensa de la autenticidad de estos restos.

«El esqueleto de las momias muestra una perfecta armonía. Hay concordancia entre las articulaciones, la parte final de cada hueso se acopla a la perfección con el hueso que le sigue»

Las tomografías y radiografías, analizadas por expertos de diferentes países, confirman que María y Wawita son momias humanas prehispánicas. Respecto a Wawita, uno de los radiólogos que integró el equipo inicial de investigación, afirmó que los dedos de las manos y los pies fueron mutilados. En cuanto a María, el arqueólogo forense Flavio Estrada señala que le retiraron las falanges y los metacarpos de los dedos pulgar y meñique de manos y pies. Asimismo, para alargar los dedos de los pies, añadieron falanges de manos. La Dra. Maricarmen Vega suscribe esta conclusión, y agrega que se realizó un procedimiento similar en las manos. En sendas conferencias, ambos demostraron que los huesos añadidos no se acoplan con los huesos originales de las manos y los pies.

Según especialistas, las radiografías y tomografías de los cuerpos de 60 cm revelan un armado rudimentario compuesto por huesos astillados de humanos y animales, así como articulaciones carentes de movilidad. Destacan, además, las notables variaciones en la densidad ósea observadas en un mismo esqueleto, indicativo de que los huesos pertenecen a diferentes individuos subadultos. Estas conclusiones han sido expuestas en diversas conferencias y artículos divulgativos.

«Ningún especialista de la comunidad científica ha realizado un análisis in situ de las momias. Hasta la fecha, quienes se oponen al caso sólo han revisado las imágenes que circulan en internet»

La paleoradiología es una de las disciplinas más importantes en el estudio de momias. Sus variados procedimientos, como la radiografía o la tomografía computarizada, permiten analizar restos esqueléticos o tejidos momificados sin dañarlos. Esto, sumado al envío digital de las imágenes obtenidas (archivos DICOM) mediante dichos procedimientos, ha estandarizado el análisis remoto. Independientemente de la ubicación del ordenador desde el cual se acceda a este material, las conclusiones serán las mismas. Fue así como los especialistas desmitificaron los esqueletos de estos cuerpos, mediante el análisis de archivos DICOM e imágenes en alta resolución.

«La presencia del cerebro en los cráneos de las momias pequeñas descarta cualquier posibilidad de que hayan sido armadas»

El paleontólogo Rodolfo Salas-Gismondi, el arqueólogo forense Flavio Estrada, el veterinario forense Jhon Islachin y el paleontólogo francés Julien Benoit han señalado que los cráneos de estos cuerpos fueron elaborados a partir del cráneo de camélidos sudamericanos. Agregan que el «rostro» fue trabajado en la región occipital de cráneos extraídos de enterramientos prehispánicos, lo que explica por qué el cerebro permanece dentro del neurocráneo.

«Si las momias han sido armadas, ¿por qué la datación por radiocarbono indica que son restos antiguos?»

Porque se han manipulado restos antiguos. Esta conclusión es respaldada por el paleontólogo Rodolfo Salas-Gismondi, el antropólogo francés Alain Froment, la bioarqueóloga Elsa Tomasto, el antropólogo forense Flavio Estrada, el veterinario forense Jhon Islachin, el paleontólogo ruso Alexey Bondarev y el paleontólogo francés Julien Benoit. La elaboración de falsificaciones a partir de material antiguo no es una actividad sui géneris. El documental Der Spanische Meister (El falsificador español, 2016), del canal alemán Deutsche Welle, aborda este tema y destaca la importancia de la revisión técnica y científica en los casos que implican la promoción y el comercio de bienes culturales. Por otro lado, el huaqueo es la forma más extendida de obtener material arqueológico en la región del supuesto hallazgo. El documental Peru's City of Ghosts (El enigma Nazca, 1999), realizado por la BBC y Discovery Channel, muestra la masiva estela de destrucción que ha dejado el huaqueo en el desierto de Cahuachi, en Ica.

«Los análisis revelan que las momias tienen ADN de origen desconocido»

Todos los reportes destacan que las muestras presentan un alto grado de contaminación. Esto propicia una mayor variedad de impurezas, incluyendo ADN que aún no está catalogado en las bases de datos actuales. Por ende, la presencia de ADN sin catalogar no constituye un hallazgo inédito y atribuirle un «origen desconocido» resulta ambiguo y tendencioso. No obstante, las muestras también contienen —aunque en menor proporción— ADN humano. El Dr. Lars Fehren-Schmitz, miembro fundador del UCSC Human Paleogenomics Lab, revisó los reportes y señaló que todos concuerdan en establecer que el ADN del espécimen bajo estudio es humano. La Dra. Elsa Tomasto detalló estas conclusiones en la conferencia «Buscando a ET - Mitos y Fraudes en los Contactos Intergalácticos», realizada en el auditorio del Museo Nacional de Arqueología Antropología e Historia del Perú.

«Los laboratorios que realizaron los análisis de ADN a las momias no pondrían en riesgo su prestigio en un burdo fraude»

Los laboratorios sólo realizan el trabajo por el que se les paga. De ahí que ninguno de ellos se haya pronunciado para avalar la autenticidad de estos restos. Esto se evidencia en el comunicado que la UNAM emitió para deslindarse de cualquier malinterpretación de las dataciones por radiocarbono realizadas a unas presuntas muestras de estas momias.

«Las momias no han sido modificadas porque es imposible que unos huaqueros sean capaces de “armar” una momia»

Considerar a un grupo huaqueros como los únicos responsables de la modificación de estos restos sería incurrir en un falso dilema. Lo cierto es que un proyecto de esta naturaleza no es imposible de realizar. Como ejemplos, baste mencionar dos investigaciones que Jaime Maussan promocionó en años anteriores: el Ser de Metepec y el Hada de México. Ambos «especímenes» fueron sometidos a análisis radiológicos y de ADN en laboratorios de diferentes países. Por entonces, Jaime Maussan aseguraba que eran «criaturas híbridas» y que su investigación era «un suceso que podría cambiar nuestra historia». En la actualidad se conoce que ambos cuerpos fueron elaborados por expertos taxidermistas.

«La comunidad científica se opone al caso porque la investigación de estos cuerpos reescribiría la historia de la humanidad y tendría un impacto global a nivel político, religioso y social»

Para abordar esta afirmación, citaremos las declaraciones del antropólogo francés Alain Froment, doctor en antropología por la Universidad de París y exdirector científico del Musée de l'Homme. En octubre de 2017, dio una entrevista sobre este tema.

«Cualquier científico que quisiera publicar este descubrimiento [...] se ridiculizaría a sí mismo. Esa es la razón por la que no ha sido publicado [...] Puede aparecer en los medios, continuar en la Internet, entendemos por qué, porque hay un claro interés de la gente por el tema. Pero desde un punto estrictamente científico, luego de haber analizado y desmontado la estructura de estos esqueletos, no hay ninguna materia de publicación».

Los impulsores

Bajo este contexto, resulta pertinente arrojar luz sobre la suma de esfuerzos que cimentaron la notoriedad que estos restos ostentan en la actualidad.

Inkarri fue el primer colectivo que se involucró en la investigación. Esta ONG con sede en Cusco, Perú, es presidida por el explorador francés Thierry Jamin —recordado en el Perú por pretender, hace diez años, realizar excavaciones en Machu Picchu—. A inicios del 2017, Inkarri lanzó the-alien-project.com —lo más cercano al sitio web oficial de las momias— y una campaña de donaciones online que recaudó EUR 39 510. Según la reseña, la recaudación costearía los análisis de los primeros restos «recuperados» que aparecieron en la Internet a finales del 2016.

Gaia es una plataforma de streaming por suscripción que aborda temáticas carentes de respaldo científico, tales como el misticismo, el contactismo, el conspiracionismo y la corriente New Age. En el año 2017 lanzó una serie documental sobre la investigación de estos restos. Cabe añadir que, además, financió y gestionó gran parte de los análisis que se realizaron los primeros años. De acuerdo al reporte anual publicado por Gaia, la programación de entonces contribuyó al incremento de suscripciones en un 80 % en comparación con el año anterior.

Jaime Maussan es un experimentado ufólogo mexicano. Muchas de las investigaciones y reportes de avistamientos que divulgó en sus programas y medios mexicanos devinieron en polémicos desaciertos que mellaron su credibilidad. Pocos meses después de que el caso saltara a la Internet, empezó a difundirlo a través de su programa Tercer Milenio, redes sociales, intervenciones televisivas y congresos ufológicos. Desde el año 2017, algunas producciones de Maussan forman parte del repertorio on demand de Gaia, entre ellas una serie sobre el caso.

El origen

La génesis yace en el «relato» de un huaquero apodado Mario, quien asegura haber extraído los restos de una cueva ubicada en la poligonal de intangibilidad del área inscrita en la lista del patrimonio mundial de las líneas de Nasca. No existe contexto arqueológico, ni registro de restos prehispánicos que hayan sido sometidos a esta técnica de momificación. Cuando se realizó la inspección fiscal del lugar señalado por Mario, no se encontró ninguna evidencia arqueológica de características funerarias. Asimismo, en el expediente se refiere que el supuesto lugar del hallazgo fue levantado en época reciente, probablemente «producto de la actividad minera».

El verdadero nombre de Mario es Leandro Benedicto Rivera Sarmiento. De acuerdo al diario Los Andes, en el año 2007 fue capturado en Puno junto a diez sujetos por estafar bajo la modalidad del «cuento de la cascada, oro tumi y el hurto de especies». En el año 2010, diferentes medios lo sindicaron como integrante de la banda los Palpeños de Ica, dedicada al saqueo de restos arqueológicos de la cultura Nasca. El 28 de enero del 2018, el programa 66 Minutes del canal francés M6 emitió un reportaje sobre las momias de Nasca. Los catorce minutos de la investigación transcurren entre Cusco, Ica y Lima; donde realizan algunas entrevistas y logran tener acceso a las momias. Lo más revelador se expone en una conversación videograbada con una cámara oculta, donde Mario asegura poseer otra momia valorizada en USD 100 000.

En 2017, tras los reportes de la excavación en un área de intangibilidad, el Ministerio de Cultura (Mincul) y el Ministerio Público llevaron a cabo diligencias que resultaron en la formalización de una denuncia. El 19 de abril del 2022, el Poder Judicial sentenció a Leandro Benedicto Rivera Sarmiento a cuatro años de pena privativa de la libertad y al pago de PEN 25 000 por el delito contra los bienes culturales en la modalidad de atentados contra los Monumentos Arqueológicos en agravio del Estado.

Paradojas

Desde que las momias irrumpieron en la Internet, su paradero estuvo inmerso durante más de dos años en un halo de incertidumbre y clandestinidad. La incerteza terminó en agosto del 2019 cuando el vicerrectorado de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica (UNICA) decidió albergar en su sede a cuatro de las momias bautizadas. Este hecho se oficializó tres meses después en el marco de un congreso anual (CONINTI) organizado por el vicerrectorado. Los ponentes encargados de exponer sobre el caso fueron sus propios impulsores: Jaime Maussan y Thierry Jamin. La exposición acerca de los restos estuvo a cargo de dos profesionales que avalan su autenticidad: José de la Cruz Ríos López y Dimitri Galietski. Ambos integraron el equipo de profesionales que protagonizó los documentales producidos por Maussan y Gaia.

Por otro lado, pese a carecer de especialidades idóneas y experiencia en el análisis de momias, cuatro catedráticos anunciaron en el mismo evento que analizarían los cuerpos para determinar su autenticidad. Lo paradójico es que en la investigación de este hallazgo arqueológico no participaron los arqueólogos docentes de la UNICA. El motivo se remonta a inicios del 2019, cuando los catedráticos y el Centro de Estudiantes de la Escuela Profesional de Arqueología se pronunciaron en contra de la investigación en su casa de estudios.

El Mincul y diversos académicos han señalado que la investigación carece de las autorizaciones que exige el marco legal. Es decir, la excavación en el lugar del hallazgo, la extracción y posterior exportación de muestras, los análisis y la actual custodia se realizaron sin mediar permiso alguno. Esta constante ha erigido a la informalidad como un rasgo distintivo del caso. Es por ello que desde que llegaron a la UNICA, el Mincul ha solicitado, sin éxito, la regularización pertinente y la entrega de los restos arqueológicos. Las irregularidades no parecen inquietar a los impulsores. Por el contrario, respaldan la investigación y sostienen que el Mincul no quiere que se sepa la verdad y planea destruir los restos.

Cabe resaltar que desde hace varios años la UNICA se encuentra sumida en una crisis marcada por una serie de denuncias y procesos legales contra sus autoridades. Debido a ello, la gestión institucional y el estudiantado afrontaron severas repercusiones. En octubre del 2019, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria le denegó el licenciamiento institucional por no reunir las condiciones básicas de calidad. Tras bregar por más de dos años la universidad subsanó algunas de sus deficiencias y obtuvo el licenciamiento.

A mediados de año, las autoridades que le abrieron las puertas a estos restos fueron removidas en medio de graves acusaciones. No obstante, en la segunda audiencia en el Congreso de México, uno de los catedráticos a cargo de la investigación presentó un pronunciamiento de la universidad. En él se concluye que «los cuerpos desecados estudiados son completamente auténticos» y «no muestran señales de haber sido manipulados o armados de ninguna manera». Lo paradójico es que el rector interino, que firmó ese documento, también fue removido por irregularidades en su nombramiento.

Convergencia

Los pronunciamientos de expertos en momias —aunque esporádicos y cronológicamente dispersos— convergen en un rechazo unánime que dilucida el porqué de la indiferencia académica hacia la investigación de estos cuerpos. La comunidad científica ha advertido en reiteradas ocasiones que se trata de restos prehispánicos cuya apariencia ha sido modificada con fines mediáticos.

A tenor de lo expuesto, recogimos la opinión de Miguel Botella López, profesor emérito de Antropología Física de la Universidad de Granada y uno de los mayores expertos del mundo en antropología física y forense. Su trayectoria abarca notables contribuciones a la paleoantropología, como el análisis de restos neandertales; así como el de los restos de Cristóbal Colón, su hermano menor Diego y su hijo Hernando. Además, lideró el equipo que —con el respaldo de análisis tomográficosdiagnosticó dos carcinomas en dos momias egipcias, convirtiéndolos en los casos más antiguos de cáncer de mama y mieloma múltiple documentados. En el ámbito de la antropología forense, ha colaborado con las autoridades de diversos países en la resolución de casos e identificación de personas víctimas del narcotráfico y conflictos armados.

Ante la difusión de la narrativa que atribuye una supuesta naturaleza anómala a estos restos, declaró lo siguiente:

«Es algo que me indigna profundamente. Parece mentira que haya podido plantearse algo tan burdo. Y aún peor, que hayan habido personas que puedan llegar a un nivel tan elevado de credulidad ante algo que palmariamente es un fraude tosco y grosero hasta lo indecible. Este asunto bien podría haber sido motivo de bromas si se hubiera planteado como tal, pero ya ha sobrepasado los límites y se hace necesario decir, sin la menor vacilación, que no es sino una manipulación de restos humanos mezclados con huesos de animales, con la intención de engañar de manera deliberada a personas deseosas de creer cualquier cosa, por simple y grosera que sea. Se podría perdonar tal vez que un incauto pudiera caer en la trampa de una manipulación fraudulenta, pero en este caso no cabe pensar ni por asomo que haya sido algo propio de gente inocente que fue engañada. No, se trata de un fraude intencionado que ha sido creado y acogido por personas que viven del cuento. Y encima, se arrogan un cientifismo falso, intentan convencer de que aportan pruebas insostenibles y manipulan la información de manera deliberada sin el menor pudor. Todo ello, sin contar que, con mucha probabilidad, son restos antiguos de valor patrimonial.

Mi mensaje a la juventud que necesita explicaciones acerca de muchas de las cosas que le rodean sería que no traten de hallar respuestas donde no las hay. No podemos entender todo lo que desconocemos, y no es preciso echar mano de elementos ajenos a nosotros mismos para intentar aclararlos. La ciencia aporta cada día nuevos conocimientos, pero no es necesario recurrir a elementos extraños para explicar nuestra visión del mundo, y mucho menos apelar a supercherías tan evidentes como la que nos ocupa.

En fin, me reitero en que es una manipulación burda e intencionada de unos restos humanos y animales, para ofrecer la visión de supuestos seres que han sido motivo de tantas noticias sensacionalistas a las que ni siquiera se les debería haber prestado una mínima atención».

Es evidente que la aceptación del caso en la comunidad científica será siempre una quimera. Las razones por las que se popularizó en círculos ufológicos son obvias, y la ilusoria posibilidad de que estas confirmen un amplio espectro de creencias seguirá impulsando su difusión por mucho tiempo. No obstante, su notoriedad evidencia que la difusión acabó catapultando su trama a los altares de los mitos modernos.

Este artículo se publicó por primera vez en la revista Pensar el 8 de enero de 2024.
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